Es tempreno y la luz todavía no ha llegado a su nivel habitual. Todo el bosque delante de mi, aparece como dormido, casi sin movimiento. La brisa mañanera viene cargada de miles de olores, todos ellos, que se amontonan en torno a ese olor a verde, a limpio, a esperanza, a vida, a futuro…
El cuerpo se siente un miembro más de esa naturaleza que se despereza, toma aire, agradece el momento y presiente el bienestar que vendrá a lo largo de todo el día
Siempre la lluvia me gustó de una manera especial. De pequeña, a menudo conseguía encontrar argumentos para que mi madre me dejara salir a la calle cuando llovía. Me calzaba mis botas de agua, aquellas de plástico enormes, que te hacían sudar los pies, al rato de habértelas puesto. El impermeable y cómo no, el pequeño paraguas, que estorbaba más que protegía y que a menudo cerraba y me desentendía del mismo
Los charcos eran la atracción principal, ya que las botas eran una barrera de protección garantizada. Y si había que ir a algún sitio, a algún mandado, allí estaba yo, dispuesta, con tal de sentir en el paraguas el sonido del agua al estrellarse sobre la tela… unas maravilla..
De mayor, me siguen gustando los días de lluvia, incluso los que están grises, en espera de que se formen las gotas que me mojarán después. Tanto en la calle, como detrás del cristal. La lluvia es para mí como un imán y el perfume del campo mojado, llenan mis pulmones de vida. Ya no existen los problemas, sólo cerrar los ojos y dejar a la naturaleza que te absorba y te llene con su infinidad
Y el sonido… Cada tipo de lluvia tiene el suyo propio, pero todos ellos suenan de una forma diferente en el campo.. La lluvia suave, al caer sobre las hojas de la masa verde, suenan a caricia, a algodón.. sin embargo cuando cae con fuerza, si estás en la casa, cae golpeando el suelo con estruendo, sin embargo al caer sobre las plantas, se amortigua y se asemeja al sonido del viento, siempre suave
Debe ser muy diferente cuando esto ocurre en el mar. Pero no he tenido la experiencia de llevar días en un barco en alta mar, o navegando y con los cambios de tiempo a que me refiero.