En verano se estaba fresquito, aunque había bastante luz, pero no llegaba el calor de la azotea ni tampoco el de la calle. Allí se podía jugar de lo lindo. No tengo una imagen rea del patio de mis juegos de pequeña, pero esta se aproxima bastante.
Como no había más niños, yo casi siempre estaba sola y ya que vivía en el bajo, podía sacarme los juguetes, poco, y montar mi tenderete a mi gusto